miércoles, septiembre 02, 2009

El material humano, de Rodrigo Rey Rosa

En sus últimas novelas, Caballeriza y El material humano, el novelista guatemalteco Rey Rosa ensaya una fórmula de ficción que no es nueva, pero que, en su caso, alcanza un notable poder de convicción y eficacia narrativa. El autor se asume también como personaje y protagonista de la novela e incorpora fragmentos de su biografía, así como personajes reales, al relato, aunque, al menos en El material humano, la más reciente, se preocupa de señalar desde el inicio que “aunque no lo parezca, aunque no quiera parecerlo, ésta es una obra de ficción”. Al mismo tiempo, la trama de la novela insiste en un tópico que Rey Rosa ha trabajado de manera consistente en varios de sus libros, la violencia política que asoló –y aún continúa afectando- su país. El cojo bueno, Lo que soñó Sebastián y Que me maten si... son algunos de los hitos desde donde emerge la imagen de una Guatemala desgarrada y dolorosa, donde se palpa el miedo y sentirse amenazado no es paranoia, sino una cuestión de supervivencia.

Y acá Rey Rosa conduce su indagación hacia una nueva frontera, de la mano de su personaje-autor, cuya madre fue secuestrada por la guerrilla y que, por esos azares de la vida, cuando comienza a investigar en un gigantesco depósito de archivos de la policía encontrado en un antiguo centro de torturas, roza verdades que no debería conocer. A su manera siempre oblicua y totalmente alejada de la denuncia militante, con la distancia del escepticismo y el auxilio de un estilo ya depurado y decantado hasta alcanzar una notable fluidez, Rey Rosa construye una suerte de tapiz cuyos fragmentos progresivamente adquieren sentido en el conjunto. Una línea narrativa apunta al perfil de un indio maya, Benedicto Tun, que fue el alma de la investigación criminológica en Guatemala hasta los años setenta; otra, a sus viajes y a su relación con B+, su novia; una más, a su labor de investigación en los papeles del archivo; y todo ello fundido con una suerte de diario de vida que incluye sus lecturas y muchas citas que no están allí por obra del azar. Citas no sólo literarias: es inolvidable el listado de fichados por la policía y los delitos que motivaron su detención, un catálogo de culpas que revela, de manera impresionante, la arbitrariedad de la justicia, más allá incluso de los brutales procedimientos que jalonan las páginas. Pero lo más inquietante del libro es la manera aparentemente azarosa y oblicua, por así decirlo, en que el autor se aproxima al fenómeno de la violencia y cómo lo hace latir en estas páginas, sin aspavientos, siempre medido, pero profundamente estremecedor.

1 Comments:

Blogger David Pérez Vega said...

Hola: Mi último libro acabado ha sido "Piedras encantadas", lo comenté en mi blog. Me gusta bastante Rey Rosa, a ver si leo esta, su última novela.
Llegué a su blog buscando información sobre Rubem Fonseca, con el que estoy ahora. Le dejé un comentario allí
Saludos desde España

martes, enero 26, 2010 3:27:00 p.m.  

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